Por: Jesús Humberto Maldonado Rodríguez
Te saludo y deseo lo mejor para ti en esta nueva semana que comenzamos, una oportunidad que tenemos para seguir viviendo.
Jorge Bucay, nos regaló un cuento llamado “El buscador”, que desarrolla la historia de un hombre que gusta de viajar y conocer lugares nuevos. En alguna ocasión llego a un pequeño pueblo y al estar en las puertas de este, descubrió un cementerio. Aquel lugar resultaría en una ocasión interesantes para conocer un poco de la historia de aquel lugar y comenzó a caminar entre los pasillos, buscando, cualquier dato que le ayudará a descubrir parte de la historia delterritorio que estaba conociendo. Para su sorpresa descubrió que las tumbas no superaban los treinta años. Algo que le pareció entristecedor y a los pies de una lápida se sentó a llorar por la desgracia de aquel pueblo.
A lo lejos un hombre mayor, lo vio llorando y se acercó; en el diálogo, expresó aquella preocupación. El hombre sabio, le contó que las lápidas no tienen la edad biológica de los finados. Sino la edad que realmente vivieron y que, a partir de los doce años biológicos, cada habitante se dedica a registrar en la pequeña libreta que cuelga en su pecho y que sus padres le han regalado, para documentar las experiencias que le hacen vivir. De tal modo que, al morir, lo primero que se hace es abrir aquella libreta y contar, los minutos, los días, los meses: todo momento que realmente se haya disfrutado, pues para ellos realmente eso es vivir.
Hoy que vivimos en el mundo de las prisas y de las múltiples ocupaciones, hemos descuidado muchas veces nuestras vidas. Hemos dejado el protagonismo a nuestro cuerpo biológico que sabiamente sabe mantenernos en vida cuando le damos lo necesario o incluso se adapta a las veces en que lo hemos desatendido.
Hoy tenemos poco tiempo para asombrarnos, para detenernos y contemplar lo que a nuestro alrededor se encuentra y que espera ser descubierto por nosotros, que está en la mayor disposición de regalarnos un momento diferente.
La mayoría de los estudiantes, se encuentran ya en un periodo de vacaciones, algunos trabajadores aprovechan el tiempo para poder descansar y compartir tiempo con los que ama o simplemente para alejarse del bullicio de la sociedad y de un sistema que nos impide muchas veces tomar distancia y respirar.
Sin embargo, también descubrimos que hoy, tener ese tiempo libre es causa de una gran ansiedad, es motivo de una profunda desesperación, por no saber como aprovechar los momentos, la calma, la oportunidad que se tiene para en ocasiones no hacer nada y solo vivir.
¿Pero como vivir? ¿Qué no hago eso todos los días? Preguntas que invaden nuestro pensamiento y que nos llevan a un verdadero ejercicio de reflexión e interiorización personal. Vale la pena estar expectantes, salir y contemplar, escuchar y sonreír. Disfrutar de tu pareja, de tus hijos, de tu matrimonio. Disfrutar de un amanecer y del olor a café en el desayuno. ¿Qué te hace realmente vivir?
Y se vale no tener la respuesta. No necesariamente debemos hoy responder, pero si queremos vivir y registrar nuestras experiencias, ¿Cuánto tiempo he vivido hasta hoy?
Disfruta de estos días de descanso, date la oportunidad de hacer cosas que has postergado, dale el tiempo a los que amas y con quienes compartes, disfruta de cada momento y cuando llegue el tiempode retornar, que tu vida de experiencias se vea llena de energía para seguir construyendo y dejando huella, pues al final, para eso hemos venido.
Hasta pronto, que tengas un gran día y recuerda que hoy ¡Aún tenemos tiempo para vivir!
Con cariño, profe Beto Maldonado.