OPINIÓN: Es nuestro tiempo de construir

Por Jesús Humberto Maldonado Rodríguez 

“El mundo ha cambiado, lo siento en la tierra, lo huelo en el aire. Mucho de lo que fue se ha perdido porque ya no vive nadie que lo recuerde” El señor de los anillos

Te saludo con gusto en esta nueva semana, una nueva oportunidad que tenemos para seguir viviendo y construyendo desde lo que hoy somos.

Somos testigos de una nueva sociedad, nuestro mundo está cambiando, como siempre lo ha sido, no hay un momento en que la historia haya permanecido estática y sin efecto en lo que hoy somos y hemos construido. 

Y a pesar de ello, como si fuera instinto natural, generación tras generación recurre al ya conocido: En mis tiempos era mejor. Y no hay error en la  afirmación, pues evidentemente a cada tiempo le corresponde su momento, su historia, su protagonismo. Y sería injusto juzgar al pasado desde nuestro presente. 

Hace algunos años, un maestro en un espacio de consejería me daría un gran regalo: “no añores las cebollas de Egipto” 

Evidentemente en su momento no lo entendí, fue tiempo después que tuve la oportunidad de vivirlo y si bien nocomprenderlo, si acercarme al importante mensaje que encierra, para darnos la oportunidad de construir desde la base sólida de lo que un día fue y que no será nunca más igual. 

Heráclito nos dirá: “Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río” y somos testigos de esa gran premisa, lo que pareciera que es la misma tierra, no es la misma que hace treinta o cien años. Cada día nuestro obrar es la ocasión que tenemos para reconstruirlo. 

Por ello quise iniciar esta reflexión  semanal con la frasede la película del Hobbit, la comunidad del anillo. Porque nuestro mundo a cambiado y está llamado a seguir cambiando. Cambia con nosotros y para nosotros, dándonos la oportunidad de ser no únicamente espectadores, sino como verdaderos protagonistas del cambio que merece nuestra sociedad. ¡Basta de añorar! Si bien no hay que olvidar, si es necesario conciliar nuestro pasado con el presente, lo construido nos da oportunidad para mejorar cada día, aprendiendo sin juzgar y sin cerrarnos al reconocimiento de la historia para transformar nuestros contextos.

Nada está perdido, no hemos llegado tarde, solo requerimos aceptación de nuestra historia para conciliar nuestro presente y construir nuestro futuro. Ese es nuestro desafío en una sociedad que puede hablar de cortar todo lazo con el pasado al verlo como un obstáculo para el crecimiento.

Hemos llegado en el preciso momento para hacer las cosas diferentes y seguir construyendo juntos una sociedad tan buena como fue la de nuestros padres y como será la de nuestros hijos. 

Con todo ello ¿Cómo construyes en tu día a día el cambio? No sigamos añorando las cebollas de Egipto, hagamos de nuestro tiempo la ocasión para vivir y compartir. 

Hasta pronto. Con Cariño.

 

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